Iván
Germán

Iván escala ahora mejor que hace 20 años, cuando tenía dos piernas. Perdió la izquierda a los 23 años en un accidente y fue hace aproximadamente seis años, cumplidos ya los 40, que decidió dedicarse a la competición, donde una de sus motivaciones es visibilizar y normalizar la diversidad funcional.

En 2018 encadenó El excusómetro (8b), convirtiéndose en el segundo escalador del mundo –y el primero de este país– con una amputación por encima de la rodilla en apuntarse ese grado. Actualmente, su objetivo es lograr encadenar un 8c y convertirse en la primera persona con este tipo de amputación en alcanzar ese grado de dificultad.

Para él lo importante es vivir la escalada, y no solo en los éxitos, también cuando escalar supone atravesar días duros y frustrantes en los que encadenar un proyecto parece un espejismo.

El 2023 ha sido un año complicado para él después de haber pasado por una cirugía de hombro. Una vez recuperado –la rehabilitación con Rubén y su compromiso con el proceso han sido claves para su restablecimiento– Iván ha comenzado el 2024 con esa energía explosiva que le caracteriza y ya anda en busca de un nuevo proyecto en roca.

Además, este adicto al azúcar –reconoce que es de lo que más le cuesta prescindir a la hora de cuidar de su alimentación–, tiene un sentido del humor envidiable –no te pierdas el cambio de guardia que se marcó junto con el equipo de paraescalada en la Plaza Roja de Moscú–.

“Para él lo importante es vivir la escalada, y no solo en los éxitos.

Es padre de dos hijas y compatibilizar trabajo, familia y entrenos es, como se intuye, una utopía. Iván logra rascar horas al día haciendo malabares entre estas esferas: madruga para entrenar antes de ir al trabajo o se salta la hora de comer para poder sacar adelante sus entrenamientos. Los fines de semana, dice, pasa más tiempo en el coche yendo y viniendo del sector donde tiene su proyecto que en la roca misma. Pero no ceja en su empeño.

Iván es obstinado y una vez que tiene la convicción de que un sueño es posible, aplica todo su esfuerzo para conseguirlo. Cuenta con un súper poder: la perseverancia. “Nada excepcional”, dice, “sólo trabajo, esfuerzo y ganas de gozarla escalando”. Y encima humilde.

Nada excepcional. Sólo trabajo, esfuerzo y ganas de gozarla escalando.

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